El sector agrícola y agroalimentario es enormemente innovador, pese a la imagen que muchas veces se tiene de él.
En nuestro sector se investiga muchísimo para que los alimentos sean cada vez mejores. Por ejemplo, para que sean más dulces, más saludables, más sencillos de comer e incluso más atractivos para el consumidor, por sus colores o tamaños.
Y no solo eso, también se busca que nuestros cultivos sean cada vez más sostenibles, por ejemplo, que aguanten mejor ante una situación de sequía o que sean más resistentes ante determinadas plagas o enfermedades.
La sandía sin pepitas es un gran ejemplo de este tipo de innovaciones. Una fruta que ha ganado gran popularidad gracias a lo cómodo que resulta comerla. No obstante, aunque estas sandías se producen específicamente para minimizar la presencia de semillas, es común encontrar algunas de ellas en algunas piezas. ¿Por qué?
Vamos a tratar de darte respuesta desde este artículo. Te explicaremos cómo se producen las sandías sin pepitas, veremos por qué en ocasiones aparecen algunas semillas. También te contaremos los beneficios que ofrecen, especialmente para los más pequeños de la casa y también en la elaboración de recetas.
El proceso de cultivo de la sandía
La sandía, conocida científicamente como Citrullus lanatus, es una fruta de la que en Peris disponemos durante todo el año, que se cultiva en climas cálidos y en suelos bien drenados. El proceso de cultivo comienza con la preparación del suelo, donde se eliminan malezas y se incorporan nutrientes para garantizar un crecimiento óptimo de la planta.
Durante el desarrollo de la planta, debemos proporcionar riego adecuado, controlar plagas y enfermedades, y asegurarnos de que la planta reciba suficiente luz solar para un desarrollo saludable. Una vez que la fruta alcanza su tamaño y madurez óptimos, está lista para ser cosechada.
En España, y en nuestro caso concreto, la campaña de la sandía nacional la arrancamos a finales de abril en Almería, estas primeras piezas son de invernadero.
A principios de junio llegan las primeras sandías cultivadas a cielo abierto, y éstas las recolectamos de los campos de Murcia. Naturalmente, todo depende de la climatología, si las temperaturas son bajas, las plantas ralentizan su crecimiento.
A partir de la última semana de julio y lo que resta de verano, la actividad se traslada a Castilla-La Mancha, donde cultivamos tanto sandías como melones de gran calidad.
La producción de las sandías sin pepitas
Las sandías sin pepitas son el resultado de un proceso de selección natural y mejora genética. A través de años de investigación y desarrollo, con un trabajo en equipo de genetistas, técnicos agrícolas y agricultores, se han obtenido variedades de sandía con menor contenido de semillas o incluso sin semillas. Estas variedades hibridadas se seleccionan y se cruzan cuidadosamente para obtener frutas que sean más cómodas y agradables de consumir.
¿Por qué las sandías sin pepitas tienen algunas semillas?
Para producir sandías sin semillas, se plantan variedades diploides junto a variedades triploides, cuyas flores son estériles. El polen de la variedad diploide, mediante abejas y otros insectos, pasa de unas flores a otras, fecundando la flor híbrida triploide y generando una sandía sin semillas. Tras la fecundación, algunas semillas empiezan a formarse, pero abortan. Dependiendo del momento en el que esto sucede, más temprano o más tardío, las semillas alcanzan un tamaño mayor o menor.
En cualquier caso, estas semillas inmaduras suelen ser muy pequeñas o blancas y muy tiernas, apenas imperceptibles en el bocado, por eso esas sandías son calificadas como sandías sin pepitas.
También es importante destacar que la presencia de algunas semillas en las sandías sin pepitas es mínima en comparación con las variedades tradicionales, lo que las convierte en una opción aún más cómoda para el consumo. ¿Te acuerdas de cómo era comer sandía hace unos años? Te pasabas todo el rato retirando pepitas de la boca. Ahora, la experiencia es muy diferente, y esto es gracias a las sandías sin pepitas.
Si quieres saber más sobre la evolución e historia de la sandía sin pepitas, no te pierdas este artículo.
Beneficios de las sandías sin pepitas
Las sandías sin pepitas ofrecen varios beneficios:
- Comodidad al comer: Las sandías sin pepitas son más fáciles y cómodas de disfrutar, ya que no es necesario preocuparse por escupir o retirar las semillas mientras se saborea esta refrescante fruta.
- Fruta idónea para los niños: al no tener pepitas resulta más fácil de comer para los niños, a lo que también ayuda mucho el dulzor y color llamativo de esta fruta.
- Alimento saludable: Las sandías sin semillas aportan las mismas vitaminas, minerales y antioxidantes que las variedades tradicionales, lo que las convierten en una opción saludable y deliciosa para incluir en nuestra dieta.
- Ideal para recetas: Al no tener semillas, las sandías sin pepitas son perfectas para utilizarlas como ingrediente en diversas recetas, como ensaladas, gazpachos, batidos, sorbetes y cócteles, por ejemplo. Aquí tienes algunas recetas preparadas con sandía.
En conclusión, las sandías sin pepitas son un ejemplo destacado de cómo la agroalimentación ha trabajado para mejorar la experiencia de consumo de frutas y hortalizas. A través de la selección y el mejoramiento genético, se han logrado producir sandías más cómodas de consumir, especialmente para los niños y aquellos que prefieren disfrutar de la fruta sin preocupaciones por las semillas. Y a la vista está que sus ventas no paran de crecer y es una de las frutas favoritas de nuestros veranos. ¡A disfrutarla!