El apio es ese secundario de lujo con el que debe contar cualquier buena película. Secundario porque no suele ser un ingrediente protagonista en la mayoría de las recetas, pero acompaña a la perfección cuando lo añadimos en multitud de ellas, desde una crema, a un guiso o una ensalada.
Si lo observamos de cerca, veremos que esta hortaliza está formada por pencas, unos tallos largos y carnosos con ligeras hendiduras fibrosas. Esas pencas están coronadas por unas tiernas hojas verdes que en la mayoría de las ocasiones no llegan al consumidor, ya que son tan delicadas que normalmente se eliminan antes de llegar al punto de venta para que no afeen la pieza entera cuando empiecen a perder vigorosidad.
El apio es un vegetal crujiente y fresco, con un sabor ligeramente amargo y terroso. También es un estupendo aromatizante, tanto que de sus semillas se extrae aceite esencial de apio. Entre sus familiares más cercanos está el hinojo y el perejil.
En el mercado solemos encontrar dos tipos de apio, mayoritariamente apio verde y también apio blanco, que es el que producimos en Peris. Os vamos a contar por qué el apio blanco es nuestro favorito.
Diferencias entre el apio verde y el apio blanco
El apio verde y el apio blanco son dos variedades diferentes de apio.
El apio verde tiene un color verde más oscuro en sus hojas y tallos. Es más robusto y fibroso, además de más amargo en boca. Es el más extendido en el mercado porque su cultivo es más sencillo.
El apio blanco tiene un color más pálido, sus pencas son de una tono amarillo muy suave, aunque en ocasiones también pueden tender al verde pálido. Su sabor es más delicado y dulce. Además, el apio blanco es más tierno, lo que lo convierte en el más indicado para comerlo en ensaladas o como cruditté, además de en distintos guisos.
Estas principales diferencias entre el apio verde y el apio blanco vienen determinadas por el volumen de clorofila, mucho más presente en el apio verde, de manera que tanto su color como su sabor son mucho más intensos.
En cuanto al cultivo, el apio blanco es más delicado de cultivar que el verde. Requiere de cuidados exigentes, de un mayor esfuerzo y experiencia para obtener unas piezas perfectas, de tallos blancos y firmes. Las variedades también juegan un papel importante. En Peris trabajamos con aquellas que aportan una mayor calidad, como la Golden Spartan.
Principales propiedades del apio
El apio es fuente de vitamina K y de potasio. Y ambas propiedades son esenciales para una dieta saludable.
La vitamina K contribuye a la coagulación sanguínea normal y al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.
El potasio contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso, de los músculos y de la tensión arterial.
El apio es un alimento bajo en calorías, sin grasa y fuente de fibra, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para incluir en una dieta equilibrada.
A continuación te mostramos la información nutricional del apio por cada 100 gramos, según recoge el comité científico ‘5 al día’.
- Calorías: 10 kcal
- Proteínas: 0,9 g
- Hidratos de carbono: 1,5 g
- Fibra: 2 g
- Sodio: 110 mg
- Potasio: 305 mg
Las recetas con apio más saludables
Cocinar con apio es una excelente opción si quieres agregar sabor y textura a tus recetas. Puedes utilizarlo de muchas maneras, porque aporta valor y se integra a la perfección en sopas, guisos, ensaladas, salteados y mucho más. El apio blanco, además, te aportará un sabor mucho más delicado si lo consumes en crudo y en platos cocinados quedará más cremoso e integrado.
Para cocinarlo, puedes cortarlo en trozos pequeños o en rodajas y saltearlo con aceite de oliva y ajo, o agregarlo a una olla de sopa o guiso para dar sabor.
El apio verde al ser más fibroso quizá requiera que le quites las fibras antes de cocinarlo o comerlo en crudo. Con el apio blanco esto no será necesario.
Receta crema de apio
Puedes utilizar un toque de apio en prácticamente cualquier receta de crema o puré, pero en esta en concreto el apio es el mayor protagonista.
Ingredientes:
- 4 tazas de apio blanco picado
- 1 cebolla picada
- 2 dientes de ajo picados
- 2 tazas de caldo de pollo
- 1 taza de nata para cocinar (opcional)
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva
Paso a paso:
- En una olla, calienta el aceite de oliva y saltea la cebolla y el ajo unos minutos hasta que la cebolla esté transparente.
- Agrega el apio blanco y cocina 5 minutos más.
- Añade el caldo de pollo y lleva a ebullición. Reduce el fuego al mínimo y cocínalo de 10 a 15 minutos hasta que el apio esté suave.
- Retira del fuego y deja enfriar un poco. A continuación, tritura la mezcla hasta que quede suave.
- Si quieres darle un toque más cremoso, lleva de nuevo la crema de apio a la olla y agrega la nata para cocinar. En cuanto se integré tendrás lista tu receta.
- Sírvela caliente y a disfrutar.
Receta de zumo de apio
El zumo de apio tiene un sabor ligeramente salado y herbáceo. Además se hace muy rápidamente y solo incluye ingredientes naturales y saludables.
Ingredientes:
- 3 ramas de apio blanco
- 1 manzana verde con su piel.
- 1 limón
Lava y corta el apio y la manzana en trozos pequeños. Exprime el limón y añade todo a la licuadora. Licua hasta que quede suave y lo tendrás listo.
Receta de caldo depurativo de apio
Para esos días en los que necesitas depurar tu organismo, este caldo depurativo de apio es tu mejor aliado. Rápido de hacer, ligero y delicioso.
Ingredientes:
- 1/2 kilo de apio blanco
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 2 litros de agua
- Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:
- Lava y corta el apio en trozos pequeños.
- Pica la cebolla y los ajos.
- En una olla grande, añade los ingredientes junto con el agua y lleva a ebullición.
- Lo cocinaremos a fuego lento durante 30-40 minutos.
- Retira del fuego y deja enfriar.
- Tritura los ingredientes con una batidora de mano o licuadora.
- Cuela el caldo y añade sal y pimienta al gusto.
- Puedes tomarlo tanto caliente como frío.
Este caldo depurativo de apio es una opción saludable y deliciosa que puede ayudar a eliminar toxinas del cuerpo. ¡Que lo disfrutes!