Este sector, el agroalimentario, es tremendamente competitivo y exigente. Y eso está muy bien, porque la calidad y la seguridad de los alimentos son fundamentales, así como el medio en el que se cultivan.

En Peris entendemos que la excelencia no es un lema de marketing, ni si quiera un objetivo puntual. Que nuestros productos sean sinónimo de gran calidad y seguridad es un compromiso totalmente integrado en nuestros procesos.

Es por ello que dese hace 15 años contamos con la certificación GlobalG.A.P., que renovamos anualmente tras pasar numerosos controles de certificadoras externas. Algo que ha vuelto a suceder recientemente.

Y ahí, en la reincidencia de las cosas bien hechas, es donde para nosotros reside el gran valor de contar con una certificación como GlobalG.A.P. Porque obtenerla no es sencillo, pero mantenerla tampoco. En la constancia es donde brilla el principal valor de las empresas comprometidas, al menos desde nuestro punto de vista.

Pero vamos por partes.

¿Qué es la Certificación GlobalG.A.P.?

GlobalG.A.P. (Good Agricultural Practices) es una certificación reconocida internacionalmente que asegura las buenas prácticas agrícolas en la producción de frutas y verduras. Esta certificación abarca diversos aspectos, incluyendo la trazabilidad, el uso eficiente de los recursos naturales, la salud y seguridad de los trabajadores, y la protección del medio ambiente.

Beneficios de contar con el certificado GlobalG.A.P.

Obtener la certificación GlobalG.A.P. ofrece múltiples beneficios tanto para los productores como para los consumidores. A productores y comercializadores nos garantiza la entrada a mercados internacionales y el ofrecer una mayor confianza a los clientes. Por otra parte, a los consumidores les proporciona la tranquilidad de que los productos que adquieren son seguros y de alta calidad.

Estas son las áreas que se miran con lupa cuando cuentas con un certificado GlobalG.A.P.

El proceso para obtener y mantener esta certificación involucra una evaluación exhaustiva de nuestras prácticas agrícolas, desde la siembra hasta la cosecha, asegurando que cada etapa (¡y son muchas!) cumpla con los criterios de calidad y seguridad más exigentes.

Plan de riego sostenible en los cultivos

El consumo de agua es un criterio que se analiza al detalle en nuestros cultivos. Las plantaciones de frutas como el melón y la sandía necesitan de un buen riego para su crecimiento, pero esto no significa que no tengamos que ser eficientes.

Nuestros cultivos se riegan a goteo y teniendo en cuenta diversos parámetros, como el agua que necesita cada planta, la pluviometría, el volumen de evapotranspiración, el momento en el que se encuentra el cultivo… Todo suma para tomar decisiones sostenibles que nos permitan sacar el máximo partido a cada gota de agua.

Además, revisamos toda la red de tuberías de goteo, las válvulas y cabezales para detectar y resolver cualquier incidencia.

Manejo integrado de plagas y gestión del suelo

La climatología es un elemento incontrolable que echa a perder muchas cosechas, pero no el único. Las enfermedades y plagas del cultivo también hacen su aparición y hay que combatirlas con técnicas y productos que reduzcan al mínimo los riesgos para el medio ambiente y para la salud humana. Por ello, los productos fitosanitarios son la última opción, hay otras técnicas más sostenibles que permiten sanar los cultivos de un modo más respetuoso: con insectos beneficiosos, cubiertas vegetales, suelos saludables, rotación de cultivos…

Elección de semillas más resilientes

Las variedades de las frutas y hortalizas también determinan las exigencias del cultivos. Las hay que requieren más agua o que son más sensibles a las altas temperaturas, por poner dos ejemplos. Elegir semillas de variedades adecuadas a nuestra zona de cultivo es una decisión inteligente y responsable.

En nuestro caso, partiendo de que el producto ha de ser de gran calidad, elegimos variedades resilientes con el contextos de cambio climático que requiere riegos controlados y una mayor resistencia a plagas y enfermedades.

Formación del equipo en higiene, salud y seguridad

Absolutamente todos los miembros del equipo, tanto en campo con en la planta de producción, han de estar formados en aspectos tan relevantes como la higiene, la salud y la seguridad en el trabajo.

En cuanto a higiene, la formación se dirige a que los trabajadores lleven a cabo buenas prácticas para disminuir los riesgos de higiene asociados al producto cuando lo cultiva, lo cosechan y lo manipulan.

Para ello, desde Peris formamos a nuestros equipos para que comprendan y tengan la competencia necesaria para realizar sus tareas. Por supuesto, también ponemos a su disposición el equipamiento adecuado para trabajar de forma segura. Y si se diese algún accidente, tenemos protocolos para que puedan recibir asistencia en tiempo y forma.

En cuestiones de personal nos apoyamos en el módulo GRASP de GlobalG.A.P., que evalúa las prácticas sociales y laborales en la empresa.

Control de los residuos generados en la actividad agrícola e industrial

Todo lo que generamos con nuestra actividad (residuos orgánicos, papel, cartón, madera, plástico…) también requiere de control para una correcta gestión.

En el campo, los envases de abonos, fertilizantes, semillas, fitosanitarios, etc. los gestionamos a través de SIGFITO, que nos proporciona un sistema de recogida y que luego convierten esos envases en tuberías para riego, maceteros y conos de carretera, ahorrando CO2 en el proceso de reciclado.

Ya en la planta de producción, los residuos orgánicos provenientes del trabajo en IV gama tienen varias salidas. Parte de ellos se destinan a una ganadería local, y otro muchos se derivan a otras industrias para que sirvan de ingrediente para otros alimentos, como sucede con las semillas de melón y de calabaza, que tienen un gran potencial.

En esta línea, también trabajamos con distintas universidades y centros de investigación cediendo subproducto que no utilizamos pero que en sus manos cobra una nueva vida.

La gestión del cartón y del plástico también nos ocupan y su gestión es parte de nuestra actividad diaria.

GlobalG.A.P., garantía de calidad y buenas prácticas

En resumidas cuentas, obtener la certificación GlobalG.A.P. es un hito importante, pero dados los requisitos, mantenerla a lo largo del tiempo es crucial y nada sencillo. Requiere de una revisión anual de nuestras prácticas y constantes auditorías por parte de inspectores externos.

La certificación GlobalG.A.P. garantiza que nuestros melones, sandías, calabazas, entre otros muchos productos con los que trabajamos, no solo sean excelentes en sabor y preserven sus propiedades organolépticas, sino que también sean alimentos seguros para el consumo y procedentes de un cultivo sostenible y responsable.

Después de todo lo que te hemos contado, te habrás hecho una idea de que en el sector agroalimentario la certificación GlobalG.A.P. es un estándar de gran valor.

Así que no te quepa duda de que en Peris continuaremos trabajando de manera exigente para renovar estas certificaciones y seguir siendo un referente en el sector agroalimentario, siempre con el objetivo de ofrecer lo mejor a nuestros clientes.